En lo que llevamos de año, los metales preciosos han continuado experimentando repuntes excepcionales debido a una combinación de factores económicos, geopolíticos y financieros. Recordamos que, en este escenario, incluso el platino estaba experimentando un interesante crecimiento. Mientras el oro llegaba a máximos históricos impredecibles, la plata también ha ido elevando su valor dentro de este mismo escenario. Así es que, ambos metales acaban de registrar nuevos récords.
El pasado 2 de septiembre, el precio por onza alcanzó los 3.540 dólares, marcando así otro nuevo máximo histórico. ¿El motivo? La presión de la administración Trump sobre la Reserva Federal para que adopte una política monetaria más laxa, las dudas sobre la deuda pública a largo plazo y la incertidumbre geopolítica.
La revalorización acumulada a lo largo de los nueve primeros meses del año ya se sitúa entorno al 30%, después de cerrar un 2024 con un alza del 27%. Recordamos además que analistas predicen que el precio del oro podría subir a 3.700 dólares la onza para finales de este año, y se espera que alcance los 4.000 dólares la onza a mediados de 2026.
Por su parte, la plata ha renovado máximos de los últimos 14 años y ha subido un 2,23%, hasta 41,095 dólares. De hecho, ya a principios de verano, este metal precioso ya había registrado otro récord al situarse en los 36,06 dólares por onza por lo que su tendencia alcista sigue experimentando un significativo repunte.
